Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1453
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Capítulo 1453:
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Sin levantar la vista de la comida, Elyse explicó: «Es amigo de mi primo Pearce. Pearce le pidió que cuidara de mí, así que me incluye en todos los eventos divertidos».
—Ah, ya lo entiendo —respondió Chloe, con una expresión de satisfacción en el rostro—. Eso explica su gran interés. —Con tono juguetón, bromeó—: Solo asegúrate de que Jayden no ve lo cariñoso que es. Podría empezar a ponerse un poco celoso.
Elyse levantó la vista, con una expresión que mezclaba sorpresa y curiosidad—. ¿En serio? ¿Crees que la cosa va tan en serio?
—Es difícil decirlo con certeza —admitió Chloe, con un deje de incertidumbre en la voz—. Pero Jayden puede ser bastante territorial. Si se entera de que alguien más te trata con tanta amabilidad, se pondrá furioso.
Elyse abrió la boca para responder, pero se detuvo de repente, sorprendida por una idea repentina.
Últimamente, Jayden parecía extrañamente inquieto después de toparse con Víctor. ¿Podría ser realmente los celos lo que le agitaba?
A medida que este pensamiento echaba raíces, parecía cada vez más probable.
Elyse apartó el plato y se puso de pie, mirando el reloj. —¡Mira qué hora es! Deberíamos ir a la subasta, ¿no?
Los ojos de Chloe brillaban de emoción. —¡Por supuesto! Nunca he estado en una. Estoy deseando hacerme con un tesoro.
Mientras caminaban, Elyse enganchó juguetonamente su brazo en el de Chloe. «¿Has visto algo tentador? Considéralo tuyo».
Con una inclinación teatral, la voz de Chloe era cálida y burlona. «Cariño, con tu compañía, ¿quién necesita un hombre?».
La risa de Elyse resonó, ligera y burlona. «Oh, vamos, tienes que conseguir uno bueno para ti. ¿No es Jayden un poco intimidante?».
La sonrisa burlona de Chloe se desvaneció inmediatamente. La idea de ir tras la mujer de Jayden era impensable para ella.
Encontraron sus asientos en la subasta, llenas de expectación. Momentos después, la mirada de Elyse se fijó en un hombre y una mujer que se acomodaban en la fila de delante.
Mientras los ojos de Elyse se detenían en sus espaldas, algo en ellos le resultó extrañamente familiar. Entonces la mujer se movió, revelando su perfil, y el corazón de Elyse dio un vuelco: la reconoció al instante.
Chloe, al darse cuenta de la expresión de asombro de Elyse, se acercó a ella con el ceño fruncido, preocupada. «¿Qué pasa? Parece que hayas visto un fantasma».
Señalando sutilmente, la voz de Elyse fue un murmullo bajo. «Allí… esa es Freda Jiménez».
Antes de que Chloe pudiera siquiera preguntar por Freda, la expresión de Elyse se desmoronó aún más.
—¿Qué te preocupa ahora? —preguntó Chloe, con el ceño fruncido por la preocupación.
—Y el hombre que la acompaña… es Gavin Cramer. ¿Qué podrían estar haciendo juntos? No me digas que están… —La voz de Elyse se fue apagando, su sospecha era demasiado inquietante para articularla por completo.
El romance de Gavin y Freda había sido un asunto fugaz, que se disolvió casi tan rápido como había surgido. Posteriormente, Elyse había sondeado discretamente a Gavin sobre sus sentimientos hacia Freda, solo para que él dijera con desdén que Freda había sido la que lo perseguía fervientemente. Después de ese rechazo, Elyse descartó cualquier noción de su compatibilidad. Pero de alguna manera, ambos habían terminado en la misma subasta benéfica.
La expresión de Elyse cambió con inquietud, oscilando entre la curiosidad y la confusión, mientras su mirada se dirigía repetidamente entre Gavin y Freda. Se mordió el labio, desesperada por encontrarle sentido a la conexión.
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