Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1398
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Capítulo 1398:
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Tracy, que ya se estaba poniendo la ropa, lo despidió con indiferencia. «No te preocupes por mí. Ve al hospital. Estoy bien». A pesar de sus palabras tranquilizadoras, él seguía sin querer dejarla sola.
Tracy, que ya se estaba poniendo la ropa, lo despidió con indiferencia.
—No te preocupes por mí. Ve al hospital. Estoy bien.
A pesar de sus palabras tranquilizadoras, él seguía sin querer dejarla atrás. Pero cuando se vistió apresuradamente y encendió la luz, la habitación estaba vacía.
Tracy se había escabullido en silencio, sin dejar rastro, excepto sus bragas tiradas en el sofá.
Lowell suspiró, con sus emociones enredadas. Cogió la delicada prenda, dudando antes de guardarla en su bolsillo. Luego agarró sus llaves y salió.
El viaje al hospital fue rápido, su mente acelerada. No se esperaba esto. El estado de Dolores había sido crítico durante tanto tiempo, con los médicos casi seguros de que no despertaría.
Sin embargo, ahora, contra todo pronóstico, lo había hecho. El alivio y la alegría bullían en su interior, pero algo más acuciaba sus pensamientos: Tracy.
Su repentina partida le carcomía. Ni siquiera se había despedido.
Quería llevarla a casa, asegurarse de que estaba a salvo, pero se le había escapado entre los dedos como el humo. Por primera vez, sintió una extraña punzada de vulnerabilidad.
La frustración y la ira hirviente se apoderaron de Lowell mientras el rostro de aquella misteriosa mujer permanecía oculto, dejándolo sin opciones de acción y sin rastro de su ubicación.
Aun así, decidió conducir hasta el hospital.
Mientras tanto, Tracy, la persona que Lowell estaba buscando, aparcó cerca en su coche, observando atentamente sus movimientos. Se arregló tranquilamente la ropa, comprobó su aspecto en un espejo de mano y hizo una llamada telefónica.
La persona que recibió la llamada contestó rápidamente e inmediatamente compartió sus noticias, diciendo:
«Dolores Ruiz ya está despierta».
La voz al otro lado expresó sorpresa, preguntando:
«¿De verdad? ¿Estás segura?».
Visiblemente irritada, Tracy respondió:
«Sí, estoy segura. Yo estaba con Lowell cuando recibió la llamada. Lo oí todo».
Después de un breve silencio, la persona respondió con cautela:
«Lo entiendo, pero ahora mismo estoy bajo vigilancia policial, así que no puedo hacer nada precipitado».
Con un tono más tranquilo, Tracy respondió:
«Lo entiendo. Me aseguraré de no involucrarte».
La conversación cambió entonces.
«Ahora que Dolores está despierta, ¿cambiarás tus planes con Lowell?».
Tras pensarlo un momento, Tracy respondió con incertidumbre:
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