Atada por el amor La ternura de mi marido discapacitado - Capítulo 1382
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1382:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
La herencia era tentadora (acciones, dinero y casas), pero una parte de ella dudaba.
Perce notó su incertidumbre y suavizó el tono.
—No pasa nada si prefieres no venir. Le diré que estabas ocupada.
Elyse se mordió el labio y luego tomó una decisión.
«Está bien, iré a cenar. Pero tengo que irme inmediatamente después».
«Genial», respondió Pearce.
«Se lo diré. No hay prisa en prepararse».
Después de colgar, Elyse le envió rápidamente un mensaje de texto a Jayden, se cambió de ropa y salió de su apartamento.
Mientras bajaba las escaleras, Driscoll preguntó: «¿Cenarás en casa esta noche?».
«No. Voy a ver a Pearce», respondió Elyse.
«Entendido», dijo Driscoll asintiendo.
«El coche estará listo en breve».
Al llegar a la residencia de los Benson, Felicia ya estaba fuera, con el rostro iluminado de alegría.
«¡Elyse, querida! ¡Me alegro mucho de verte! ¡Te he echado mucho de menos!».
Felicia se acercó rápidamente y tomó a Elyse del brazo.
Elyse se tensó momentáneamente, luego se relajó y sonrió.
—Yo también me alegro de verte. ¿Cómo has estado?
—Me las arreglo, querida. Pero te echo de menos. Ya casi no te veo, solo en la tele —dijo Felicia, acompañando a Elyse al interior y charlando todo el tiempo. Una vez acomodadas en la sala de estar, Elyse y Felicia hablaron de varios asuntos hasta que la conversación inevitablemente giró en torno a Celeste.
Al mencionar a Celeste, el comportamiento de Felicia cambió, su voz se entremezcló con irritación.
«Si Celeste te causa algún problema, solo házmelo saber. Yo me encargaré».
Elyse rápidamente trató de calmar la preocupación de su abuela.
—Por favor, abuela, no es necesario. Celeste y yo solo tenemos algunos malentendidos. Puedo manejarlo.
Felicia apretó suavemente la mano de Elyse.
—No te he sido de mucha ayuda. Siempre has tenido que valerte por ti misma, y eso me duele. Por eso quiero cuidarte ahora, más que nada.
Elyse dijo: «Te entiendo, abuela, pero ya no soy la niña que necesitaba cuidados constantes. Me he convertido en alguien independiente».
Felicia respondió, con la voz teñida de tristeza: «Sin embargo, en mi corazón, siempre serás una niña».
Elyse replicó: «Pero ya tengo 25 años. Soy una adulta que puede valerse por sí misma».
.
.
.