Amor en la vía rápida - Capítulo 462
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 462:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Norah, con expresión severa, se enfrentó al líder de la banda. —¿Eres el líder de la Alianza Inferno?
—¿Sabes quién soy? —respondió el líder, visiblemente sorprendido—. Intentar conectar no te ayudará hoy.
Volviéndose hacia sus hombres, ordenó: —Dejad a la señorita Andrews ilesa. Traedla aquí y, por vuestra cooperación, podéis pasar tiempo con esas dos mujeres. Me quedaré con la más bella.
Sus palabras sellaron fríamente el destino de los cuatro sin pensárselo dos veces.
En un momento de tenso silencio, las emociones de Norah se reflejaron en su rostro. De repente, levantó la mano y disparó. «Uh…». El hombre al que apuntaba se agarró el pecho y se desplomó, su caída fue reacia.
Los otros hombres se quedaron paralizados, sorprendidos por la habilidad de Norah con el arma. A pesar de la distancia, su disparo, casual pero mortal, los tomó por sorpresa.
Uno de los hombres, aterrorizado, retrocedió tambaleándose y balbuceando: «Jefe, nosotros… nosotros…».
La expresión del líder de la banda se volvió sombría. «Así que tú eres la que ha matado a mis hombres. Tenía planes para perdonarte».
Apuntó con su arma directamente a Norah y apretó el gatillo sin dudarlo. Sonó un disparo, pero casi al mismo tiempo, un hombre a su lado lo empujó a un lado, haciendo que fallara. Miró con incredulidad el pequeño agujero de bala cerca de la puerta. Habían disparado al mismo tiempo. Si no hubiera sido por la oportuna intervención, él podría haber sido el que tenía una bala en la cabeza.
—Como líder de la Alianza Inferno, no pareces ser muy hábil con las armas de fuego —comentó Norah, mirando el agujero de bala justo fuera de su posición. Su voz era burlona, mezclada con confianza.
«Si eso es lo mejor que puedes hacer, te aconsejo que no pierdas el tiempo con nosotros. De lo contrario, acabarás como ellos», advirtió, con un tono oscuro pero seductor, que resonó ominosamente en la habitación.
Los ojos de Susanna brillaron de admiración por Norah, viéndola a la vez heroica y hermosa. Sintió una oleada de seguridad en su presencia.
El líder de la banda, acostumbrado a situaciones peligrosas, evaluó rápidamente la amenaza que representaba Norah. Se dio cuenta de que era tan formidable en acción como en palabras. Tratando de mantener la compostura, replicó: «Basta de hablar. Veamos quién es más rápido en el manejo de las armas».
Apenas había hablado cuando los revólveres de cinco de sus hombres se apuntaron a Norah, disparando cada uno.
El bombardeo no provenía de un solo arma, sino de cinco, lo que intensificaba el peligro. Joanna y Susanna, acobardadas tras un refugio, gritaron alarmadas.
«¡Norah, ponte a cubierto!», gritaron, con voces llenas de miedo y desesperación.
.
.
.