Amor en la vía rápida - Capítulo 454
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 454:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Alice vomitó una cascada de preocupaciones en un solo suspiro. Joanna la cortó enérgicamente.
«Para, Alice, para ya. Te preocupan los accidentes, ¿verdad?».
Alice hizo un pequeño gesto con la cabeza.
«Se podría decir que sí.
Sus temores eran muchos, y cada día rezaba para tener buena suerte.
«Centrémonos en la diversión. Te toca girar la botella», animó Joanna, arrepintiéndose de su pregunta anterior.
«Vale».
La botella apuntó a continuación, para sorpresa de nadie, a Susanna. La historia entre Alice y Susanna era rica en días compartidos y profunda familiaridad.
«Susanna, ¿qué será? ¿Verdad o reto?»
El brillo en los ojos de Susanna era inconfundible.
«Atrévete».
Recién adicta a las miniseries, Alice sugirió rápidamente un reto.
«Di tres frases cursis para ligar en menos de un minuto».
La mente de Susanna se puso en acción.
«Escucha, la primera. ¿Tienes nombre o puedo llamarte mío?».
Tras una pausa, dijo la segunda: «¿Eres mago? Cada vez que te miro, todos los demás desaparecen».
Con una sonrisa de confianza, dijo: «¿Estás hecho de cobre y telurio? Porque eres Cu-Te».
Las carcajadas estallaron en la sala.
Joanna se agarró el estómago, la risa la abrumaba.
«Susanna, ¿de dónde sacas esto? ¿Has estado estudiando frases cursis?».
Mientras las risas calentaban la habitación, Norah se masajeó las mejillas, doloridas de tanto sonreír.
«No pensé que lo conseguirías, Susanna, ¡jaja!».
Alice observó, divertida sus reacciones.
«Tenía la corazonada de que Susanna lo conseguiría».
Esas líneas habían aparecido en el teléfono de Susanna. Sonrojada, Susanna admitió tímidamente: «Se me vinieron a la cabeza». Su reciente atracón de vídeos de flirteos y romances para ayudar a su hermano a cortejar a Norah la había equipado bien, quizá demasiado bien.
«De acuerdo, déjame darle una vuelta… ¡Sí, es Joanna!
Los ojos de Susanna brillaron con picardía.
«¿Verdad o reto?»
Joanna no dudó.
«Verdad».
Susanna se inclinó hacia ella, curiosa.
«Si pudieras echar un vistazo al futuro, ¿qué es lo que menos te gustaría encontrarte?
Joanna hizo una pausa, considerando la gravedad de la pregunta. Finalmente respondió con un gemido desenfadado: «¡Definitivamente no me gustaría verme a mí misma caminando hacia el altar! ¿Se lo imagina? ¿Casada y con hijos? Me volvería loca».
La firme postura de Joanna de permanecer soltera se vio reforzada por las historias de desdicha que había escuchado de Alice sobre amores que salieron mal, y de Norah sobre las pruebas del matrimonio. Cada día que pasaba apreciaba más su libertad. Cualquier breve imagen de Duncan que se atreviera a surgir era rápidamente desechada.
Su perspectiva sobre las relaciones fue recibida con asentimientos entusiastas tanto por Susanna como por Alice, que habían llegado a un acuerdo mutuo sobre la dudosa naturaleza de los hombres.
Susanna añadió rápidamente una salvedad en su corazón.
«Excepto mi hermano, por supuesto. Es verdaderamente leal».
El juego continuó, y pronto llegó el turno de Norah, incitada por Susanna.
Con una sonrisa juguetona, sabiendo que Norah había optado por la verdad, Susanna lanzó su pregunta.
«Norah, cuéntanos hasta dónde han llegado las cosas con mi hermano. Cualquier detalle jugoso a Joanna se le iluminó la cara de expectación, ansiosa por saber más. Alice trató de mantener una expresión serena, pero sus ojos delataban su ansia por la primicia. Norah sonrió irónicamente.
«Son dos preguntas».
«De acuerdo, pero reduzcámoslas. ¿Hasta dónde habéis llegado? Aquí tienes las opciones: cogidos de la mano, abrazados, besos o… más. Tú decides».
La cara de Susanna estaba radiante de victoria.
«Recuerda que prometiste la verdad».
Norah no encontró ninguna razón para ocultar la verdad y compartió abiertamente: «La última opción».
Su respuesta colectiva fue un coro de exclamaciones de asombro.
Los tres amigos reaccionaron con sorpresa y diversión a partes iguales, y su sorpresa resonó por toda la sala.
.
.
.