Amor en la vía rápida - Capítulo 426
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Capítulo 426:
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El pasado aventurero de Norah le había infundido una confianza inquebrantable para esta misión. Con una palmada tranquilizadora en los hombros de Gilda y Chayce, Norah desprendía una serena determinación.
A Gilda se le llenaron los ojos de lágrimas. Ansiaba expresar su preocupación, instando a Norah a dar prioridad a su seguridad en honor de sus padres fallecidos. Pero ante la expresión resuelta de Norah, las palabras se quedaron sin pronunciar.
Lo único que Gilda y Chayce pudieron hacer fue observar en silencio cómo Norah desaparecía en la distancia.
«Chayce, realmente no puedo entender de dónde sacó el valor para semejante hazaña. ¿Qué opinas?» se preguntó Gilda en voz alta, mientras sus dedos trazaban ociosamente las hojas del macizo de flores.
«Es más joven que nosotros, pero su valentía y determinación superan las nuestras».
«Gilda, aún no hemos descubierto ninguna información sobre su pasado».
La expresión de Chayce permaneció estoica.
«Es sumamente misteriosa. No la subestimes».
Gilda suspiró, con el corazón oprimido por la preocupación.
«Desgraciadamente, verla en tales situaciones es verdaderamente desgarrador. No puedo evitar sentir lástima por ella».
Mientras tanto, Norah seguía metódicamente su plan mental, plantando con éxito micrófonos y cámaras en el dormitorio de Elsa y Hank. Estas sofisticadas cámaras, compradas a precio de oro en el mercado negro, disponían de ángulos de vigilancia ajustables mediante mandos a distancia. Los micrófonos, equipados con baterías de larga duración, garantizaban un funcionamiento prolongado en modo de espera.
En el chalé, los dormitorios habituales quedaron sin vigilancia. Iker yacía inmóvil en su cama, vulnerable a la intrusión de Norah. Sin embargo, el verdadero reto estaba en el estudio de Iker.
Corrían rumores de que Iker protegía meticulosamente su estudio y, sin llave, la entrada parecía imposible. Cualquier intento de forzar la cerradura podía aumentar la seguridad de toda la mansión y exponer sus instalaciones.
Además, dos miembros del personal de seguridad permanecían apostados en la entrada del estudio.
Norah dobló una esquina del pasillo y su mirada se fijó en un conducto de ventilación cuadrado situado en el techo. Inadvertido para la mayoría, el pequeño conducto ofrecía una posible entrada al estudio. Sólo alguien de estatura infantil podría atravesarlo. Sin embargo, Norah apartó la tapa del conducto con facilidad y, con agilidad practicada, se deslizó en el interior como un pez elegante. Sus huesos se contorsionaron en un arco sorprendente, comprimiendo su forma hasta la mitad de su tamaño habitual.
Una vez dentro, Norah colocó hábilmente las cámaras y los micrófonos en el estudio de Iker. Sus ojos se encontraron con la cámara de vigilancia situada en un rincón, y se detuvo momentáneamente antes de continuar su exploración.
La estantería estaba repleta de volúmenes sobre gestión y finanzas, con páginas muy gastadas que daban fe de una lectura frecuente.
Al acercarse al escritorio, encontró unos cajones cerrados con llave. Con manos expertas, cogió un alambre y manipuló hábilmente el mecanismo hasta que cedió. Su habilidad para forzar cerraduras seguía intacta. Dentro del cajón había varios estados financieros relacionados con la empresa de Iker, guardados como preciadas posesiones, ocultos de miradas indiscretas.
Después de examinar los archivos, la paciencia de Norah se agotó y volvió a cerrar el cajón con frustración. A pesar de sus esfuerzos, en los demás cajones sólo encontró más estados financieros de la empresa. Desconcertada por el secretismo que rodeaba a estos documentos, Norah no podía comprender su significado.
Se acercó al ordenador de la mesa y, en lugar de navegar tranquilamente, copió todos los archivos en una unidad USB. Tras centrar su atención en el sistema de vigilancia, localizó el programa responsable de la gestión de las cámaras y borró rápidamente sus datos, dejándolo obsoleto sin posibilidad de reparación.
Norah esperaba encontrar pruebas sólidas, pero su decepción fue en aumento al no encontrar más que estados financieros mundanos en el estudio de Iker. La frustración fue en aumento y dirigió su ira al ordenador de Iker, preparándose para una sutil represalia.
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