Amor en la vía rápida - Capítulo 385
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Capítulo 385:
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Tras ser trasladada al hospital por Sean, Norah comenzó su trabajo.
Nada más salir del quirófano, Jamison la guió rápidamente hasta la sala de reuniones.
«Doctor Wilson, se necesita una consulta urgente en Urgencias. Vamos».
Al llegar, Norah se dio cuenta de que la sala estaba llena de muchos de los médicos del hospital. El médico jefe se adelantó y rápidamente informó a todos sobre el estado del paciente.
«Tenemos un niño de nueve años que vomitó sangre al ingresar. También sufre deposiciones sanguinolentas recurrentes, tiene las extremidades frías y el pulso débil. Iniciamos una transfusión de sangre de urgencia. Su presión sanguínea mejoró al cabo de media hora, pero entonces empezó a sangrar de nuevo. Le administramos 800 mililitros de sangre cada hora. A pesar de cuatro horas de cuidados intensivos, su estado sigue siendo crítico».
El médico se mostró muy preocupado. El Servicio de Urgencias trataba con frecuencia casos de hemorragia gastrointestinal, pero éste era uno de los más graves a los que se habían enfrentado.
«Se ha utilizado la sangre que coincidía en el banco de sangre del hospital, y ya hemos suministrado casi 3.000 mililitros de sangre».
Esta grave situación impulsó a todo el hospital a celebrar esta consulta.
El equipo médico de la sala de reuniones empezó rápidamente a deliberar, llegando a la conclusión de que la cirugía era la única opción viable para intentar salvar la vida del niño.
Sin embargo, la intervención quirúrgica estaba plagada de dificultades e incertidumbres; ninguno de los médicos asistentes confiaba en su capacidad para llevarla a cabo con éxito.
La operación era arriesgada y compleja, pero representaba la única posibilidad de supervivencia del niño. Un gran silencio invadió la sala.
Nadie estaba dispuesto a asumir la culpa si la operación fracasaba.
Jolie miró a su alrededor, nerviosa, y luego hizo una señal al médico que tenía enfrente con un rápido guiño.
La doctora se sentó frente a ella, sacó tranquilamente el teléfono para consultar un mensaje y luego asintió levemente.
«Se suele decir que la doctora Wilson es la estrella emergente de nuestro hospital. Estoy seguro de que llevará a cabo esta operación sin problemas. Sugiero que sea la cirujana principal de esta operación».
La doctora que habló pertenecía al Departamento de Odontología. Norah frunció el ceño y la miró de pies a cabeza.
A Norah le extrañó que de repente saliera a relucir su nombre, sobre todo porque nunca antes se habían comunicado.
La excelencia de Norah había desatado un torbellino de rumores a su llegada al hospital. Con tantos curiosos, le resultaba difícil evitar ser el centro de atención. Además, otros médicos estaban ansiosos por ver cómo manejaría la presión.
«Estoy de acuerdo. El Dr. Wilson es excelente».
«Sí, la Dra. Wilson es una cirujana preeminente. Es capaz de realizar cualquier cirugía».
«Ya sea cirugía o medicina interna, es competente en ambas.»
«Sí, que sea la doctora a cargo.»
Todos sugirieron que Norah fuera la cirujana a cargo del equipo quirúrgico. El médico de urgencias advirtió que el estado del paciente era grave y que el niño podría no sobrevivir a la operación. Norah se levantó con confianza, su rostro sereno no mostraba ninguna emoción.
«Es un honor haber sido elegida por todos ustedes. Me encargaré de la operación».
Los médicos del Servicio de Urgencias reflexionaron sobre la decisión. Circulaban rumores de que Norah tenía contactos influyentes. Si la operación fracasaba, ¿les culparían a ellos?
Casi todos respiraron aliviados cuando supieron que Norah lo aceptaba.
Como el cirujano ya había sido elegido, los demás médicos empezaron a abandonar la sala de reuniones.
Cuando Jolie pasó junto a Norah, le transmitió un simple deseo.
«Dr. Wilson, espero que pueda salvar a ese pobre niño».
Baylor hizo un gesto de ánimo a Norah y le dijo: «Dr. Wilson, buena suerte».
Incluso los médicos que pasaban por allí la miraban bromeando. Nadie creía que Norah pudiera salvar al niño.
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