Amor en la vía rápida - Capítulo 365
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 365:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
La familia Wilson llevaba días preparándose para recibir en casa a la hija de Calvin, sin embargo, ésta no mostró ningún interés en volver. Como consecuencia, el banquete tuvo que ser aplazado en repetidas ocasiones.
Iker empezó a preguntarse si la mujer de la que había hablado Gilda no era más que una historia inventada para hacerse con el control del negocio familiar. Estaba ansioso por descubrir quién era realmente. Tras enterarse de la riqueza de su familia, se había mantenido alejada durante años, sin plantearse nunca volver. El atractivo de la fortuna de la familia Wilson era innegable, y todos querían una parte, incluido Iker.
Mindy Wilson, la esposa de Iker, sospechaba que la mujer había regresado para reclamar su parte de la fortuna de la familia Wilson, enfrentándose al resto de la familia.
«Está claro por qué ha vuelto», comentó Mindy. «Va detrás de la riqueza familiar».
Durante más de 20 años, Calvin había gestionado el negocio familiar, construyendo una impresionante fortuna. Al principio, la familia de Iker había esperado la caída de Calvin, aprovechando la oportunidad de reclamar su riqueza para sí mismos. Pero sus planes se desbarataron con el inesperado regreso de la hija de Calvin.
Elsa era conocida por ser malcriada y no especialmente avispada.
«Papá, si ha puesto a Gilda y Chayce a cargo de sus bienes, probablemente no sepa nada de llevar el negocio. Podríamos ser amables con ella, tal vez convencerla de que ceda el control de sus bienes. ¿Crees que funcionaría?».
Iker se relajó un poco.
«Me parece un buen plan».
Hank Wilson, el hermano mayor de Elsa, la miró sorprendido. Era raro que a su hermana, normalmente despistada, se le ocurriera una idea tan inteligente. Mindy frunció el ceño.
«Es que no me atrevo a ser amable con ella…».
Elsa insistió, con voz sincera y seria. «Mamá, piénsalo. Si acepta darnos sus bienes, ganaremos mucho. Está forrada. Incluso con su pensión podríamos vivir cómodamente. ¡Espera! ¿He oído algo en la puerta? ¿Ha llegado?»
Todos los presentes dirigieron inmediatamente su atención hacia la puerta.
A la cabeza iban Gilda y Chayce, seguidos de una llamativa mujer vestida de gris.
Su largo cabello castaño estaba parcialmente recogido, adornado con una pequeña corona plateada, mientras que el resto caía en cascada sobre sus hombros, enmarcando su rostro con mechones sueltos. Su vestido, una mezcla de plata y gasa gris ahumado, acentuaba perfectamente su figura alta y esbelta.
Su rostro era deslumbrante, con unos ojos que brillaban mientras observaba la sala. Bajo su nariz recta, una sonrisa adornaba sus labios sonrosados.
Entró en la sala del banquete con facilidad.
Elsa se quedó boquiabierta al verla, incapaz de volver a la realidad. La mujer era innegablemente cautivadora.
Tenía un parecido asombroso con el tío y la tía de Elsa, y encarnaba los mejores rasgos de ambos.
Elsa estaba segura de que si los tres estuvieran uno al lado del otro, cualquiera podría decir fácilmente que eran parientes.
Norah llevaba unos pendientes de diamantes valorados en más de un millón de dólares, y el broche de diamantes que lucía en el pecho estaba valorado en más de diez millones. Su atuendo estaba hecho a medida, como si hubiera nacido para llevar un atuendo tan lujoso.
Los demás no podían sino maravillarse de su gracia.
A medida que Norah se acercaba, Elsa recordó de pronto su nombre: Norah Wilson, un nombre que resonaba en toda Glophia.
Elsa había estado al tanto de todos los cotilleos y noticias sobre Norah.
«¿Norah Wilson?»
.
.
.