Amor en la vía rápida - Capítulo 1420
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1420:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Producir el antídoto sería sencillo para Norah: solo necesitaba las materias primas. Con Ciulla en sus manos, podría crear el medicamento en medio día.
El médico que la atendía se alegró al leer la información.
—¡Dr. Wilson, gracias! Informaré de inmediato y organizaré un equipo para localizar la planta.
Para sorpresa de Norah, el propio Kason dirigió el equipo de búsqueda. Con un pequeño grupo, subió a un helicóptero y partió para recuperar a Ciulla.
Mientras tanto, Norah se centró en estabilizar la salud del comandante.
La pérdida de sangre ya le había dejado sin vitalidad. Incluso con el veneno eliminado, su cuerpo necesitaría cuidados intensivos para recuperar fuerzas. Norah detalló un plan de tratamiento completo y el médico que lo atendía siguió sus instrucciones sin dudarlo.
Tres días después, el helicóptero regresó y aterrizó en el helipuerto de la base militar a altas horas de la noche.
Norah solo había podido proporcionar coordenadas aproximadas. El equipo tuvo que navegar por un terreno desconocido, evitar a los habitantes locales y localizar a Ciulla, todo ello mientras soportaba el agotamiento físico y mental. Cuando entregaron los materiales, la tensión de sus rostros se disipó y dio paso al alivio.
Norah examinó cuidadosamente la planta de Ciulla y asintió.
—Es esta. Lo han hecho bien. Descansen, yo me encargo del resto.
Norah no perdió ni un momento. En cuanto llegaron las materias primas, las envió al laboratorio y comenzó a extraer el antídoto. Tras varios ensayos meticulosos, el antídoto estuvo finalmente listo. Entregó el medicamento al médico responsable y le dio instrucciones claras.
«Tres pastillas al día, junto con los demás tratamientos mencionados».
Las ojeras ensombrecían sus ojos cansados y su voz sonaba agotada.
«Ahora necesito descansar».
«Por supuesto, doctora Wilson. Descanse, por favor», respondió el médico, sin perder tiempo y apresurándose a administrar el antídoto al comandante.
Cada segundo contaba y sabía que cuanto antes actuaran, mejor sería el resultado.
Cuando Norah se despertó horas más tarde, Xenia la recibió con una noticia alentadora.
—Dra. Wilson, el comandante ha mejorado considerablemente tras tomar su antídoto. ¡Es increíble lo bien que está funcionando!
Norah respondió con una leve sonrisa, sin decir nada. Para ella, solo era otra tarea cumplida como médico. Su único objetivo había sido crear el antídoto; todo lo demás le daba igual.
Xenia añadió: «Por cierto, el capitán Dawson está despierto y quiere darle las gracias en persona».
«No es necesario. Es parte de mi trabajo. ¿Cuándo puedo irme?», preguntó Norah con calma.
Lo más difícil ya había pasado. Ahora estaba ansiosa por marcharse.
«Bueno, el comandante tendrá que permanecer en observación cuatro días más antes de que pueda irse. Por favor, tenga paciencia».
Norah asintió con la cabeza y dejó el tema. No le interesaba recibir el agradecimiento personal de los pacientes ni involucrarse en nada que no fuera de su responsabilidad.
Mientras tanto, tras leer el mensaje de Xenia, Allanson dejó el teléfono en la sala. Suspiró ligeramente y se volvió hacia el hombre que estaba de pie junto a su cama.
—Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos vimos, ¿verdad?
.
.
.