Amor en la vía rápida - Capítulo 1328
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Capítulo 1328:
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Sean advirtió: «Sé precavida. Esta competición no importa, lo que importa eres tú».
«No te preocupes. Sé exactamente lo que hago». Norah sonrió. Alyssa se acercó a Norah, con voz temblorosa. «Señorita, yo no quería…».
«Para. Guárdatelo para después de la competición. Las disculpas no servirán de nada ahora mismo».
Norah se dirigió a la línea de salida, ignorando los comentarios sarcásticos de Greta sobre sus excepcionales habilidades para esquiar. Su rostro permaneció inescrutable, como si las palabras de Greta ni siquiera le hubieran llegado.
Al pie de la montaña, las otras dos amigas de Alyssa se sentaron como jueces, retransmitiendo el evento en directo para evitar cualquier trampa. Alyssa cerró los ojos con fuerza y se tragó el nudo que tenía en la garganta, esperando en silencio que la joven no resultara herida. Sabía que no podría soportar la culpa si algo salía mal.
«¡Preparadas, listas, ya!».
En cuanto se pronunciaron las palabras, Norah y Greta se lanzaron a toda velocidad.
Alyssa las vio desaparecer por la pendiente, con el estómago retorciéndose de preocupación. No estaba acostumbrada a este tipo de cosas, ya que había vivido una vida protegida del peligro. Odiaba lo rápido que todo se había salido de control.
«Lo siento, señor. No quería que esto pasara. Es culpa mía», dijo con voz temblorosa. «No importa cómo termine esto, me disculparé».
«Fue elección de Norah», respondió Sean, aunque sus ojos mostraban que no la estaba dejando ir del todo. «Pero definitivamente tienes cierta responsabilidad por lo que está sucediendo». Dicho esto, se dirigió cuesta abajo tras ellas.
Alyssa se quedó allí un momento, sin saber qué hacer. Finalmente decidió tomar el telesilla. No había forma de que pudiera seguirlas por la pendiente negra con sus limitadas habilidades para esquiar.
Norah bajó volando por la empinada pendiente, alejándose rápidamente de Greta.
La pendiente era pronunciada y desafiante, pero eso solo aumentaba la emoción. Esquiar así era como volar, una emoción que pocos deportes podían ofrecer.
Norah había esquiado por esta pista innumerables veces y la conocía como la palma de su mano. Aunque Greta era una profesional, no pudo alcanzarla.
Norah fue la primera en cruzar la línea de meta.
No esperaba ver a Sean llegar justo después de ella. Norah se volvió, sorprendida, y levantó una ceja cuando él se detuvo en seco.
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