Amor en la vía rápida - Capítulo 1311
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Capítulo 1311:
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Matteo, mezclándose entre la multitud detrás de Sean, apretó los puños con fuerza mientras miraba a Nancy con una intensidad mortal.
«Kayla, vamos, saluda a tu hijo», ordenó Nancy.
Con un movimiento rápido, apartó la tela negra que cubría los ojos de Kayla. Cuando Kayla recuperó la vista, las lágrimas le corrían por el rostro y el enrojecimiento alrededor de sus ojos conmovió a todos los que la observaban. Cuando Kayla vio a Sean de pie fuera del muro, su corazón se llenó de nostalgia y desesperación.
Si tan solo hubiera escuchado sus advertencias, no estaría en esta situación.
Pero en este mundo no hay peros; todos deben afrontar las consecuencias de sus decisiones.
Norah agarró el puño cerrado de Sean. «No te estreses demasiado. Limítate a seguir el plan. Tu madre está a salvo por el momento».
Sean asintió. «De acuerdo».
—Kayla, ¿no te han tocado? Tu hijo ha traído cien millones de dólares en efectivo para salvarte. ¡Es tan bueno contigo! ¿Por qué tiene que estar con Norah? —dijo Nancy con pesar, deseando ser ella a quien él apreciaba. Sus padres siempre la habían preferido a ella.
Si se hubiera casado con Sean, habría sido la pareja perfecta, pero el destino tenía otros planes.
Kayla lloró en silencio. Había sentido el amor de su familia, pero había decidido ignorarlo. Independientemente de las decisiones que tomara, sabía que su familia siempre estaría ahí para ella.
Fue su imprudencia la que la llevó a su actual situación.
Sean se volvió hacia Nancy. —He traído el dinero. Ahora, deja que mi madre se vaya como prometí.
Nancy hizo a un lado sus sentimientos inútiles; el dinero era su prioridad.
—Enviaré a cuatro personas para que se lleven el camión. No puedes atacarlos. Una vez que mi gente se vaya con el camión, liberaré a tu madre —le dijo a Sean, descartando a Norah como una cara bonita y no como una amenaza.
Sean asintió. —De acuerdo.
Cuatro hombres con un comportamiento sospechoso salieron de la villa. Sus ojos brillaron cuando vieron la camioneta llena de dinero en efectivo. Revisaron casualmente algunas cajas, asintieron a Nancy y rápidamente se subieron a la camioneta.
Todos estaban concentrados en el vehículo, sin darse cuenta de que un hombre bajaba silenciosamente desde el piso de arriba.
Cuando la camioneta empezó a moverse, Nancy sonrió triunfante y llevó a Kayla escaleras abajo. «Kayla, no te preocupes. Llevamos tanto tiempo juntas. Ahora que Sean coopera, no te haré daño».
Arrastró a Kayla por las escaleras como si fuera una muñeca de trapo. En un momento dado, Kayla se resbaló con los tacones altos, dejándose los pies descalzos raspados y sangrando, dejando un rastro de sangre en las escaleras.
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