Amor en la vía rápida - Capítulo 1208
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Capítulo 1208:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙Joanna y Susanna ofrecieron rápidamente sus manos para que Carrington las examinara, claramente conscientes de las intenciones de Norah, y cooperaron plenamente.
Una vez que Carrington terminó sus revisiones, invitó a Bradshaw a acercarse. Era un momento crucial para que el maestro guiara a su aprendiz.
Norah ofreció consejos sobre cuestiones que no habían notado, ayudándoles a comprender mejor la situación. Bradshaw ahora se daba cuenta de por qué algunos se convertían en maestros: no se trataba de la edad, sino del conocimiento. Habiendo aprendido de Norah, estaba completamente convencido y deseoso de permanecer a su lado como su aprendiz. Espera, en realidad aún no era su aprendiz. Sin embargo, podría suceder si se lo pedía con valentía.
Norah también recibió ayuda médica de Carrington para recuperarse. Los síntomas de sus amigas eran comunes entre los jóvenes, como insomnio y pérdida de cabello. Además de la medicación, se les aconsejó que evitaran quedarse hasta tarde.
Carrington acompañó a Norah y a sus amigas hasta la entrada del callejón. Bradshaw colocó la bolsa que contenía hierbas en el asiento trasero del coche deportivo y se quedó atónito ante la riqueza de Norah.
Norah hizo una pausa. —En realidad, hay otra razón por la que he venido a verte hoy, Carrington.
—Por favor, adelante, maestro.
—Estoy pensando en abrir mi propio hospital. ¿Te interesaría unirte como médico? Te aseguro que recibirás un paquete de empleo favorable.
Los ojos de Carrington brillaron de emoción. «¡Cuenta conmigo!».
Su pasión por la medicina era fuerte, y era una persona comprometida que iba más allá de la mera tutoría. Estaba deseoso de ayudar donde su maestro lo necesitara. Un hospital dirigido por el Doctor Sobrenatural sin duda atraería a muchos médicos. Estaba ansioso por conseguir un puesto rápidamente.
Norah sonrió. —Excelente, te enviaré un mensaje con los detalles una vez que todo esté organizado. Como siempre, no dudes en llamarme si te enfrentas a algún desafío que no puedas manejar.
Carrington asintió. —Por supuesto, Maestro.
Mientras el deportivo se alejaba, Bradshaw, lleno de asombro, se acercó a Carrington. —Maestro, ¿qué pasa con la gran maestra? Lleva ropa de diseño y conduce un coche extremadamente caro, pero sus habilidades médicas son de primera categoría.
¿Por qué alguien rico se dedicaría a la medicina en lugar de aumentar su fortuna? Mientras regresaban a la clínica, Carrington se rió entre dientes y dijo: «¡Eres un niño, siempre tan lleno de preguntas! Solo debes saber que seguir a tu gran maestro siempre te llevará a una buena vida», dijo Carrington con una sonrisa.
«Entendido, maestro. Te seguiré dondequiera que vayas».
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