Amor en la vía rápida - Capítulo 1185

Capítulo 1185:

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Enderezando la chaqueta del traje, añadió con impaciencia: «Ahora levántate y cámbiate de ropa. Mantente alejada de Norah a partir de ahora. ¿Entendido?».

Hadley apretó los puños y asintió suavemente. «Entendido». Ojalá Norah hubiera salvado a sus padres.

Mientras tanto, en el salón de banquetes, Madeline se sentía inquieta.

¿Por qué tardaba tanto su marido en el baño? ¿Se había desmayado por beber demasiado?

La idea la preocupaba. A pesar de todo, Derek seguía siendo su marido y, después de todo lo que habían pasado, no podía evitar preocuparse por él.

Madeline detuvo a un camarero y le preguntó si alguien había visto a Derek. Alguien le indicó la dirección correcta y ella subió las escaleras.

«¡Oh, sí, fóllame más fuerte! Es increíble. Casi estoy…».

Los fuertes gemidos de una mujer resonaron a través de la puerta, haciendo que Madeline se detuviera en seco y palideciera.

También se oía el sonido de un hombre gimiendo, e instantáneamente comprendió lo que estaba pasando dentro.

El año pasado, cuando volvió al país, había hecho lo mismo con Derek, delante de las narices de Norah. Y ahora, había pillado a Derek poniéndola los cuernos.

¿Quién era la mujer que estaba allí? La voz no le resultaba familiar, y una oleada de ira se apoderó de Madeline.

Después de casarse con Derek, creía que había sido una buena esposa y lo había tratado bien. Derek también había sido amable con ella, así que la idea de que la engañara le parecía imposible.

Cuando se enfrentó a la verdad, se sintió inquietantemente tranquila, aunque su mente estaba llena de rabia.

Se mordió el labio, con el rostro retorcido por la ira. Ahora que Derek le había sido infiel, decidió que tampoco le mostraría ningún respeto.

No le importaba que todos supieran de su engaño; sus reputaciones ya estaban arruinadas.

Madeline bajó las escaleras y regresó con un grupo de jóvenes, invitándolos a ver la «emocionante escena» que había mencionado.

Mientras subían las escaleras, les llegó el sonido del sexo y aceleraron el paso.

Algunos incluso empujaron la puerta con valentía. Estaban emocionados por ver quién sería lo suficientemente atrevido como para hacer esto en la fiesta de cumpleaños de otra persona.

La habitación estaba oscura porque las cortinas estaban cerradas, así que el repentino estallido de luz hizo que las dos personas en la cama se quedaran heladas.

Ambos estaban desnudos, con el fuerte cuerpo del hombre protegiendo la delicada figura de la mujer. Estaban abrazados, todavía en el acto cuando se encendió la luz.

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