Amor en la vía rápida - Capítulo 1178
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1178:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Minutos después, una brisa facilitó su siguiente movimiento. Una bola explosiva detonó cerca de otros dos guardias, liberando un polvo fino en el aire.
Norah avanzó rápidamente, atrapó a los dos guardias que se derrumbaban y los colocó suavemente en el suelo.
Ahora, era el momento de ocuparse de los guardias del interior.
Ignorantes del alboroto exterior, estaban discutiendo su próximo movimiento, considerando a Calvin y a los otros tres como rehenes no amenazantes mientras esperaban nuevas instrucciones de su empleador.
Sus principales preocupaciones eran los detalles del pago y la dificultad de la próxima tarea.
Dentro, había seis personas; cinco eran combatientes. Star, en su mayoría ineficaz en combate, no era una amenaza.
Para incapacitar al grupo, decidió usar sus bolas explosivas, con el objetivo de neutralizar tantas como fuera posible.
Lanzó las bolas explosivas a una esquina y, con la ayuda del viento, el polvo se dispersó y se introdujo en las bocas y narices de los individuos que hablaban.
Cuando el primer hombre se desplomó, Kellan percibió inmediatamente el peligro y dijo: «Tápate la boca y la nariz. ¡Retírate!».
A pesar de su pronta advertencia, dos hombres, entre ellos Star, sucumbieron a los efectos y se desplomaron. Ahora, solo tres permanecían conscientes.
Cuando Norah vio a algunos de los enemigos desplomarse, una sonrisa se dibujó en sus ojos. La bola explosiva, mejorada con gotas de aturdimiento que había adquirido en Otland, resultó perfecta para los ataques furtivos.
«¿Quién eres?».
Kellan levantó su arma con cautela hacia la mujer que había saltado sin esfuerzo a través de la ventana.
Era sorprendentemente hermosa, vestida con una simple camiseta que parecía haber sido recogida de la carretera. En Ceslandia, sería considerada una belleza de primera.
En el suelo, Bernice gritó: «Norah, ¿eres tú? Sal de aquí rápido. Hay mucha gente».
Con los ojos vendados, el oído de Bernice se agudizó. Pudo discernir la aproximación de un individuo solitario.
A excepción de Norah, no podía imaginar quién más podría venir a esta hora.
Con voz fría, Norah sonrió y caminó con paso firme hacia Kellan. «Kellan, cuánto tiempo sin verte».
En el pasado, la organización de Norah era un renombrado grupo de asesinos que también llevaba a cabo operaciones mercenarias encubiertas. A menudo los había acompañado en misiones.
.
.
.