Amor en la vía rápida - Capítulo 1171
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Capítulo 1171:
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Iker le dio una patada feroz. —Eres patético. ¡Como hombre, ni siquiera puedes dominar a una mujer!
Estaba tan enfurecido que olvidó que Norah también había derribado a los guardias de seguridad de la puerta.
El hombre se acurrucó de dolor, soportando en silencio la patada. Estaba acostumbrado a que los ricos descargaran sus frustraciones con él.
Los ojos de Elsa estaban rojos de ira y su cuello le dolía. Esperaba grabar algunas escenas íntimas entre Norah y el hombre para venderlas a buen precio en el mercado negro.
En cambio, Norah las había dejado inconscientes a ella y a su madre y las había encerrado con este hombre desnudo y poco atractivo. Estaba furiosa.
—Papá, ¿ha empezado la fiesta de cumpleaños? ¿Qué ha dicho Norah en la fiesta? —preguntó Elsa.
—¡Sois unos inútiles y me estáis decepcionando! —rugió Iker.
Le lanzó una mirada de disgusto al hombre acurrucado en una bola, luego se dio la vuelta y se alejó.
«¿Por qué no se ocuparon de Ivy y Reggie en aquel entonces? No lo habéis gestionado tan bien. Ahora es un desastre de arreglar».
Mindy corrió tras Iker, sorprendida al oír los dos nombres.
«Les pagué una suma considerable para que fingieran sus muertes y se mantuvieran alejados de Glophia para siempre. ¿Por qué sacarlos ahora?».
—¡Bah! Hoy, Norah me los ha traído. Acabo de descubrir que los tenía a su alcance. Debe de haber estado tramando esto durante un tiempo, esperando a soltarlo en mi fiesta de cumpleaños.
Elsa tragó saliva. —¿Qué pasó entonces? ¿Dónde está Norah ahora?
—Se escapó y ni siquiera se molestó en avisar a su novio.
—¿Norah se escapó? ¿Por qué haría eso?
Al observar el comportamiento sereno de Iker, Mindy se dio cuenta de que tal vez él no había tenido mucha fe en ellas desde el principio, sabiendo que podrían no completar su misión.
Elsa apretó los dientes. Norah era tan engañosa. Ella había pensado que la tarea sería sencilla, pero resultó que Norah las había estado engañando todo el tiempo.
Por suerte, ella también había engañado a Norah. La tarjeta bancaria no tenía realmente cincuenta millones, ¡y Norah podría enfadarse cuando se enterara más tarde!
Con estos pensamientos resentidos, Elsa anhelaba comprender mejor la situación. Sin embargo, al ver la espalda indiferente de su padre, se mordió el labio y decidió bajar a preguntarle a Larry qué había ocurrido en el banquete.
Norah corrió con sus tacones altos, subiéndose la falda mientras se movía. Primero, necesitaba un coche. Luego, tenía que localizar a sus padres.
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