Ámame maldito CEO - Capítulo 354
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Capítulo 354:
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“Hija, ¿Qué opinas?”
Merybeth tenía lágrimas en los ojos.
“¡Qué soy feliz por ti!”, exclamó y la abrazó con fuerza.
Madre e hija eran tan felices.
Octave sonrió al verlas unidas.
Era el final perfecto.
…
Una semana después todo estaba listo para la boda, ni Mary Bell, ni Octave tenían que esperar por nada.
No tenían muchos amigos, tampoco familia, todo lo que tenían ahora era a Merybeth, se casarían por el civil, y luego de firmar, tomarían un vuelo para la luna de miel.
Mary Bell fue enfática.
Merybeth iría con ellos, no estaba dispuesta a dejarla sola.
Merybeth se negó múltiples veces, pero luego, ante la negativa de su madre, decidió que no arruinaría su Viaje y aceptó, pero estaría haciendo su propio viaje.
“¿Qué escribes, hija?”, exclamó Mary Bell entrando a su habitación, al ver la luz encendida.
“Yo… una lista”.
“¿Una lista?”
“Sí, es una lista negra, mami, de deseos imposibles, pero está bien, me gusta”.
“El viaje a Turquía te gustará, elegí todos tus destinos favoritos, primero a Estambul, recorremos los lugares más históricos, para que grabes muchos videos, luego, iremos a Pamukkale, Antalya, Rize y finalizamos en Capadocia, ya verás, ¡Te encantará!”
“Sí, pero, no quiero ser mal tercio, así que, ustedes harán viajes sin mí, y yo haré lo mío, no temas, mami, he viajado sola desde que cumpIí dieciséis, no me pasará nada”.
Mary Bell tomó su mano.
“Pero, ya no estás sola, eso es lo que quiero que entiendas”.
Merybeth sonrió y la abrazó.
“Te amo, mami, mañana será un día hermoso”.
Octave estaba esperando en el juzgado, cuando vio entrar a Mary Bell y a Merybeth.
Sonrió al ver a su amada.
Era tan hermosa.
Ella estaba vestida de blanco, un vestido sencillo, era como un ángel.
Merybeth la entregó a él.
“Hazla feliz, nuevo papá”
Octave sonrió y la abrazó.
…
El juez ofició la ceremonia, y firmaron el acta.
El juez los declaró marido y mujer.
Ambos besaron sus labios.
Sabían que estarían juntos hasta que la muerte los separará.
…
Sean estaba en el cementerio de los Hyland, ubicado a unos kilómetros de la Mansión en CatskilI, miró la tumba de su madre.
ÉI trajo rosas blancas y las puso en su tumba.
Podía recordarla, era buena mujer, cuando nadie creyó en él, ella fue su ángel de la guarda, ella lo revivió.
“Madre, mi querida madre, me haces tanta falta, pero nunca olvido los buenos momentos, tú me salvaste, me diste la libertad, y me curaste, te amo, siempre lo haré”.
“¿Cuánto tiempo seguirás lamiéndote las heridas como un cachorro enfermo?”
Sean alzó la vista y encontró al Abuelo Hyland, trayendo consigo su bastón para apoyarse.
“Abuelo…”
“¿Sabes? Tu madre Brooke, solía venir aquí, desde la muerte de Jean, todos los días a llorar, por un año entero, era como si el mundo se hubiese acabado para ella. Le dije las mismas palabras que ahora te dije a ti ella sacudió su dolor, y fue hasta ahí, a la prisión, quería ayudar a otros, tú terminaste curándola a ella, te amo, no por ser parecido a Jean, sino por lo que tú eres, lo que vio en tus ojos; ella dijo que, Sean era luz en la oscuridad, era demasiado bueno para el mundo entero, no dejes que las heridas acaban por matar tu alma, hijo, créeme que al final de la vida, lo que más lamentamos es lo que dejamos ir, cuando amábamos tanto”.
“Lo sé, pero…”
“No hay, pero, ve por Merybeth, ve y sé feliz, no hay nada que esperar, imagina que es el último día del mundo, ámala de esa manera”.
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