Sinopsis
El precio de la mentira: una promesa rota.
ESTADO DE LA NOVELA: TERMINADA
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Con todo el equipo al completo, acompañados por el silencio de la concentración que determinaba la frágil vida de un alma, el único sonido que se oía era el pitido del monitor cardíaco.
«Bisturí», ordenó el cirujano, con tono tranquilo y firme.
Todo había ido bien… hasta que dejó de ir bien. De repente, la tensión en la sala se disparó. El pitido constante del monitor cardíaco comenzó a fallar y las líneas de la pantalla mostraban que el corazón de Hamilton se estaba apagando. El equipo quirúrgico respondió con rapidez, aplicando presión en la zona sangrante, utilizando agentes coagulantes, transfiriendo sangre y haciendo todo lo posible para mantenerlo con vida.
Fuera de la UCI, la tensión era palpable. Se podía ver a varios hombres caminando de un lado a otro, con la ansiedad evidente al golpear el suelo con los pies. Ella recorrió la sala con la mirada, fijándose en sus rostros, todos llenos de preocupación y miedo. Todos estaban tan absortos en sus emociones que nadie parecía darse cuenta de su presencia.
Su cabeza vendada le latía con dolor. Había huido de la enfermera que la atendía para buscar a sus padres. Al ver a su familia reunida allí, incluyendo algunas caras desconocidas, supo que sus padres estaban dentro de la UCI, sometiéndose a una operación. Juntó las manos y rezó en silencio por su supervivencia. «¿Por qué mamá los odia tanto?
Parecen tan preocupados…», murmuró Clarisse para sí misma después de terminar su oración. Su madre nunca le había permitido visitar a ninguno de sus parientes y a menudo discutía con su padre, insistiendo en que cortara los lazos con ellos. Eso siempre le había hecho creer que eran malas personas, pero ahora, al ver sus expresiones preocupadas y la ansiedad en sus ojos, se dio cuenta de que, cuando sus padres se recuperaran, le diría a su madre lo mucho que la familia de su padre se preocupaba por ellos.
En ese momento, se abrió la puerta del quirófano y salió el equipo quirúrgico. Todos se pusieron de pie al ver a los médicos y corrieron inmediatamente hacia ellos.
«Doctor, ¿cómo ha ido?», preguntó con impaciencia un hombre que, según supo Clarisse más tarde, se llamaba Ferdinand.
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El médico suspiró profundamente y los miró con expresión sombría. «El señor Hamilton era un hombre fuerte y hemos hecho todo lo posible…».
«¿El señor Hamilton? ¿Papá? ¿Y mamá?», preguntó Clarisse, pero nadie le respondió. Era como si ella ni siquiera estuviera allí.
«Vaya al grano y díganos cómo ha ido», dijo otro hombre, con voz aguda e impaciente.
«Lo siento, pero lo hemos perdido», dijo el médico, con voz cargada de pesar.
«¿Eso significa que la esposa ha muerto y que no han podido salvar al marido?», preguntó Patricia.
«Lo sentimos mucho», ofrecieron sus sinceras disculpas y condolencias antes de marcharse.
Todo se volvió borroso. Sintió un escalofrío cuando su vestido mojado se le pegó al cuerpo y tembló de shock. La noticia de la muerte de su madre al llegar al hospital,
– Continua en El precio de la mentira: una promesa rota capítulo 1 –